El universo kirchnerista está plagado de contradicciones. Surgen a la luz y con mayor énfasis en picos de tensión política como los que se viven en estas horas. El enfrentamiento sindical que le costó la vida al joven Mariano Ferreyra dejó al descubierto en apenas 24 horas por lo menos diez contradicciones visibles del esquema de poder de los Kirchner:
1- Nadie del Gobierno habló de la pelea de fondo que se libró entre la Unión Ferroviaria y los trabajadores tercerizados del Ferrocarril Roca. La Casa Rosada cuestiona a los empresarios que no comulgan con su doctrina y que no cumplen las leyes laborales, pero acepta como un hecho normal que la administración actual de la línea Roca y Belgrano Sur, desde 2007, este integrada por una unión de Ferrovías, Metrovías y TBA, que son dueños de otras líneas y tienen 14 empresas con 1500 trabajadores tercerizados, tal como denunció la diputada de izquierda Vilma Ripoll. Cualquier semejanza con el menemismo que repudia el Gobierno es pura coincidencia.
2- Los grupos que mataron a Ferreyra están vinculados con la Unión Ferroviaria que dirige el eterno sindicalista José Pedraza, un hombre que pasó por el marxismo, el menemismo y ahora recaló en el kirchnerismo sin que la Presidenta y su esposo se inmuten por ello. De hecho, los referentes de Pedraza compartieron el palco hace una semana en River con el jefe de la CGT Hugo Moyano y los Kirchner.
3- El Gobierno se jacta de que la violencia callejera nunca fue reprimida por la fuerza y que siempre la custodia policial era para evitar desmanes. Pero el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, admitió que ayer "la policía no estaba en el lugar donde fue el enfrentamiento". Simplemente dijo: "Los grupos estaban separados. No había ninguna razón para que estuviera la policía. Las vías no estaban cortadas".
4- Mientras que la Casa Rosada intentó despegarse de las acusaciones que vincularon a Duhalde con los hechos de Avellaneda, el piquetero kirchnerista Luis D´Elía y Hugo Moyano insistieron con esa teoría. ¿A quién creerle cuando D?Elía y el jefe de la CGT siempre terminaron de ser voceros oficiosos del Gobierno?
5- La Presidenta tardó más de cuatro horas en repudiar los hechos de violencia de Avellaneda. Pero tuvo a mano su cuenta de Twitter para anunciar al instante en el mediodía del fatídico miércoles cuando llegó a la planta de Pirelli en Merlo o cuando quiso hacer comentarios on line en contra de la prensa.
6- Todos en el Gobierno salieron a coro a rechazar una relación de hechos entre la muerte de Ferreyra y los asesinatos de los piqueteros de Kosteki y Santillán. Pero al mismo tiempo varios emisarios oficiales emparentaron a Duhalde con los hechos buscando referencias en esas mismas muertes ocurridas en 2002.
7- Moyano amititió que "los gremios tienen que cambiar" y todos los funcionarios asintieron con la cabeza. Pero nadie hizo mención alguna a los impedimientos de libertad sindical que se dan desde el poder y que evitan, por ejemplo, que la CTA siga sin contar con personería gremial.
8- Cristina Kirchner recordó que cuando las "patronales rurales" cortaban las rutas "por parte del Estado no hubo un solo razguño". Es cierto. No hubo razguños pero sí hubo detenidos y causas judiciales a dirigentes rurales por cortar rutas. No ocurrió lo mismo en otros cortes de ruta de piqueteros kirchneristas. ¿Habrá manifestantes de primera y de segunda categoría para la particular visión del Gobierno?
9- Los Kirchner repudiaron ayer la violencia de Avellaneda. Pero nunca mencionaron el malestar y violencia social que generan muchos de sus discursos en el ciudadano común cuando ataca a la Corte, a la Iglesia, a los empresarios y a la prensa.
10- El kirchnerismo se autoproclama "progresista" por naturaleza, pero en la etimología de esa palabra se hace referencia a la búsqueda y defensa de la evolución política en armonía. ¿Acaso no resulta esta definición una contradicción más en el universo kirchnerista? En tal caso se tratará de un listado de nuevas contradicciones en el largo menú del poder actual.
