La pregunta es: ¿cuánto tardan un millón de hogares en “migrar” al nuevo duopolio (Speedy, Arnet)? Según Clarín, entre Speedy y Arnet tienen 2,7 millones de clientes, contra 1 millón de Fibertel, los tres proveedores principales de un mercado total de 4,2 millones de abonados a banda ancha. Supongamos que de los 3,2 millones de abonados no-Fibertel, la mitad se incorporó en los últimos 32 meses (a fines de 2007, había en la Argentina 2 millones de clientes de banda ancha, poco menos que la mitad que ahora). Regla de tres: si las empresas no-Fibertel tardaron unos 32 meses en incorporar 1,6 millones de clientes nuevos, ¿cuánto tardarían en incorporar un millón, si las instalaciones fueran a la misma velocidad? Algo así como 20 meses. Por supuesto, la capacidad puede aumentar. Me pregunto cuánto. ¿El doble? ¿El doble del doble? En este último caso, el reemplazo tardaría 5 meses, con una espera promedio de dos meses y medio. Y eso sin contar el flujo habitual de “altas”, que no sólo sigue estando sino que además aumenta por la salida de Fibertel del mercado.
Ni hablar de las molestias asociadas al tema “franja horaria”: “Señor, pasaremos a realizar la instalación entre las 10 y las 15 del día miércoles, ¿es posible?” (”¿Y vos me llevás a la nena a la colonia?”, pensás). Además, ocurrirá en épocas de Fiestas: “Disulpe, señora, pero no es posible realizar la conexión ni el 30, que hay asueto, ni el 31, ni el primero, ni el 2, que es domingo. La semana siguiente tenemos escasez de personal debido a las vacaciones, ¿podría ser el 14 de enero”. (”Conchesumadre”, pensás, “yo que pretendía terminar este laburo en enero”).
Siempre hay algún vivo que se beneficia: Speedy, Arnet, ¡Diario Clarín!, el anacrónico Playboy en papel.
Qué mala idea, don Julio, por Dios. Rueguen para que los salve la Justicia con algún amparo.
EX-POST: me preguntó cuál es la ilegalidad aquí. ¿No tiene licencia? No entiendo el argumento legal, pero el económico es notoriamente ridículo. Obviamente, es un mercado con algún nivel de competencia, con al menos tres jugadores en un área muy importante. Si alguien está usando un poder de mercado para fijar precios, no puede ser Fibertel solo; si así fuera, perdería como en la guerra. Es decir: o hay colusión entre tres jugadores, en cuyo caso hay que castigar a los tres; o Fibertel está compitiendo. En ninguno de los casos corresponde que se prohíba a Fibertel y sólo a Fibertel proveer este servicio. Está claro también que, sea cual fuere el nivel actual de competencia, la prohibición conduce a un sistema bastante más “monopólico”, como gusta llamar el gobierno a un mercado con pocos jugadores.
http://blogs.lanacion.com.ar/ciencia-maldita/el-arte-de-lo-posible/estimando-el-apagon-fibertelico/