jueves, 21 de octubre de 2010

Había una vez....

Había una vez en la Argentina un presidente justicialista que venía de gobernar su provincia del interior. Como buen PNA, este Presidente tenía un Vice-Presidente. Pocos años después, en aras de la continuidad del proyecto de transformación nacional encarado por este PNA en particular, el Vice-Presidente en cuestión decide postularse para gobernar la Provincia de Buenos Aires. Gana cómodamente. Pero vieron como es la vida en esta Confederación de Gobernadores Peronistas que llamamos Argentina. El gobernador en cuestión se sintió un primus inter pares, y empezó a tener aspiraciones presidenciales.


Los roces, que habían empezado poco después de la elección que los ungió PNA y Vice, se magnificaron. En un determinado momento histórico, las aspiraciones presidenciales de ambos terminaron por colisionar. Y el gobernador se terminó imponiendo al Presidente, y fue candidato presidencial. El PJ terminó quedando chico para abrigar dos egos tan inflados, y la campaña presidencial terminó siendo una guerra sin cuarteles entre el Presidente y el gobernador, donde en definitiva el gobernador se quedó con la candidatura, pero sin la Presidencia.


Ahora bien, ¿saben quién fue el gran beneficiario de esa lucha intestina que dividió el partido y redujo el caudal electoral del tradicional partido peronista? El jefe de gobierno de la C.A.B.A., que con la ayuda de su publicista estrella y de una facción disidente del peronismo, nos convenció por unos breves instantes que hasta un muerto puede gobernar la Argentina.


Pero bueno, la Historia nunca se repite, ¿no? Además, De la Rúa había sido un buen Jefe de Gobierno de la C.A.B.A. A diferencia del actual.

Macri debera pagar por delitos de Lesa Humanidad, sentencia Judicial.

Ocurridos, bajo el gobierno del Gral. Peron.... Fallo inédito para reparar la matanza pilagá de 1947 Una masacre de lesa humanidad ...