La plena convicción que se vislumbra ya otra Argentina, la de un futuro posible con una sociedad que pelee y recupere sus valores más profundos, y con instituciones públicas que garanticen un país donde se pueda soñar, construir y proyectar la felicidad cotidiana de nuestros viejos, jóvenes e hijos.
Ese destino nos exige entonces mostrar la irrevocable voluntad de toda nuestra fuerza política de no ser cómplices de un sistema político corrupto y prebendario como el actual.
De seguir luchando, sin medir costos, por la transparencia política y la República de ciudadanos; con la convicción que la lucha contra la corrupción es imprescindible para combatir realmente la pobreza y la inseguridad.
Una sociedad corrupta es insegura en las calles, en el trabajo y en las condiciones de vida.
Sólo con integridad moral en la ciudadanía y en su dirigencia política se garantizará la Seguridad ciudadana. La corporación política que oculta la verdad jamás tendrá fuerza para denunciar y combatir el narcotráfico y las mafias.
Frente a los insultos, los odios y los recelos ratificamos que no nos van a quebrar, porque nuestro compromiso fue, es y seguirá siendo construir una República en serio para todos, sin desigualdad donde el interés particular y corporativo de ningún tipo se imponga sobre elbien común.