jueves, 6 de enero de 2011

2011 el año que volvio el 1 a 1



Podrán querer verlo o no, compraran discursos y show con temas fundacionales de la democracia argentina contemporánea como los derechos humanos, la pobreza, la desnutrición... pero nunca  nunca, van a poder decir que no sabían...



Hace exactamente diez años, la Argentina ingresaba en la etapa final de un largo sueñodurante el cual la gran mayoría de la sociedad, en mayor o menor medida, pudo sacar algún rédito. Especialmente la clase media.
Durante un largo período, llevar a los chicos a Disney había dejado de ser una misión imposible. Veranear en el Caribe ya no era un privilegio sólo reservado para adinerados. Equipar la casa tampoco era un problema: el crédito fluía y las cuotas hacían mucho más fácil la compra de una licuadora, un televisor o incluso un auto.
Pasó una década desde aquel principio del fin de la convertibilidad y, si bien el contexto actual es completamente distinto, la economía, paso a paso, se vuelve a acercar a esa realidad marcada por argentinos que se sienten más fuertes en dólares y para quienes descansar en las playas de Miami se volvió una alternativa tan lógica como agarrar el auto y pasar un par de semanas en la Costa Atlántica.
Es un hecho: con un dólar anclado en la franja de los $4 desde ya hace varios meses, las continuas presiones inflacionarias que vienen exacerbando las subas salariales permitieron que los ingresos de buena parte de la sociedad comiencen a rendir mucho más medidos en divisa estadounidense.
Y ese "olorcito" a dólares en las billeteras no es, ni más ni menos, que una suerte de revival del famoso y controvertido 1 a 1.
En efecto, de acuerdo a cálculos de los especialistas, todas las variables anteriormente mencionadas están llevando a que en 2011 el tipo de cambio real con respecto al dólarvuelva a los mismos niveles de enero de 2001.
En diálogo con iProfesional.com, Martín Apaz, gerente del departamento de Economía de Deloitte, fue contundente al respecto: "Claramente nos encaminamos a eso. Este año tendremos una inflación que se moverá entre el 25 y el 30% anual y esperamos un aumento del tipo de cambio del 6%. Esto terminará generando que regresemos a los valores del 1 a 1".
Así, a pesar de que cada billete verde hoy en día tiene un valor nominal de $4, en términos reales, -es decir, considerando la suba de precios doméstica y de EE.UU.-, el tipo de cambio bilateral a hoy está en el orden de los $1,20.
Y, a medida que la divisa siga quieta y la inflación suba por ascensor, esos $0,20 de diferencia terminarán esfumándose en cuestión de meses, según adelantan los expertos.



Cabe destacar que este indicador alcanzó a tocar los $2,80 por dólar en 2002, apenas se produjo la devaluación -un 133% por encima del nivel actual-, pero, como quedó en evidencia, no logró resistir a la fuerte presión inflacionaria.

Avanza la máquina del consumo
¿Qué implica este revival noventista? Según los expertos, el regreso de este 1 a 1 "remixado" tiene fuertes implicancias a nivel consumo, dado que vuelve sumamente ventajosos algunos hábitos, tales como hacer turismo en el exterior o adquirir artículos importados y bienes suntuarios, cuyas cotizaciones están fijadas en dólares.
Luciano Laspina, economista jefe del Banco Ciudad, lo puso en términos simples: cuando el tipo de cambio real finalmente llegue a los niveles del 1 a 1, "esto implicará, por ejemplo, quevuelva a ser tan accesible para una parte de la sociedad viajar y consumir en EE.UU.como lo era durante la convertibilidad".
En la misma línea, Apaz explicó que "todos, a medida que mejora nuestro salario y el tipo de cambio se mantiene estable, nos estamos sintiendo más ricos en dólares. Esto genera que podamos demandar más productos de origen importado, que tienen precios en esa moneda".
De este modo, "lo que hace seis años, en términos relativos era muy caro, hoy se volvió muchísimo más accesible para el argentino de clase media. Esto alienta el boom de ventas, especialmente en el segmento de artículos electrónicos, donde la mayoría de los productos son importados", sostuvo el economista de Deloitte.
A consumir se ha dicho
Para graficar esta situación, se puede analizar el fenómeno de artículos electrónicos, con los LCD a la cabeza: en 2009 se vendieron 430.000 unidades, mientras que en 2010 la demanda "explotó" gracias al Mundial, los precios más bajos y las promos de las tarjetas, lo que permitió llegar al millón de televisores. Sin embargo, el boom todavía no culminó, y expertos del sector esperan en 2011 comercializar 1,4 millones de unidades.
Además de los planes en cuotas sin interés, hay una realidad. Y es que en la Argentina nunca fue tan barato adquirir productos electrónicos:
  • Si se toma como ejemplo un LCD, en el año 2007 un trabajador porteño "promedio" -que en ese entonces cobraba el equivalente a u$s742, según el INDEC- debía trabajar 80 días para poder comprar un televisor de 32" (valuado en u$s1.935).
  • Sin embargo, gracias a las continuas subas salariales y a la lógica depreciación que sufre la tecnología, ese mismo "empleado promedio", que en la actualidad gana unos u$s1.140, hoy en día deberá trabajar apenas 19 días para poder adquirir una unidad similar, es decir, 60 jornadas menos.
Y esto que sucede con la electrónica, también se observa en otros rubros, como es el caso de los pasajes de avión. En efecto:
  • Considerando el mismo nivel de ingresos -fijado por el INDEC- un potencial turista en el año 2007 debía trabajar, en promedio, 51 días para adquirir un ticket aéreo ida y vuelta a Madrid.
  • Sin embargo, actualmente el panorama se tornó mucho más ventajoso para quienes decidan subirse a un avión y visitar el Viejo Mundo. De acuerdo a los precios publicados por las aerolíneas, esa misma persona que antes se veía obligada a dedicar casi 2 meses de su vida para darse ese "gustito", ahora deberá trabajar tan sólo 34 días. En otras palabras, producto del "revival noventista", el nivel de esfuerzo que tendrá que realizar hoy es un 33% más bajo que el de hace cuatro años.  
Esta misma situación, lejos de limitarse a los televisores y a los pasajes de avión, también es aplicable a la compra de indumentaria con sello importado y de automóviles traídos del exterior. Claro está, sin pasar por alto la adquisición de productos gourmet e, incluso,artículos suntuarios que cotizan a precios internacionales, como sucede con los relojes o las joyas.

En este contexto, según los expertos, dos tendencias a nivel consumo se imponen con la vuelta del 1 a 1: por un lado, la búsqueda por parte de los consumidores de la "licuación" de los pagos mensuales por compras con tarjeta. Por otro, la consolidación de un "deme dos" remixado.
1- Se consolida el efecto "licuación"
Para Laspina, "con la inflación, el grueso de la gente no sabe qué hacer con la plata. Las alternativas financieras clásicas, para el ahorrista más conservador y tradicional, no rinden. Por eso, este año la decisión para muchos volverá a ser, paradójicamente, la de ahorrar consumiendo. Es decir, para muchos, adquirir un auto o productos electrónicos, será una forma de resguardarse frente a la inflación".
De este modo, de acuerdo al experto, "está todo dado para que en 2011 se repita el fenómeno de altos niveles de consumo: no hay perspectivas negativas con respecto al empleo y los salarios volverán a tratar de ganarle o empatarle a la suba de precios".

Y a este cóctel se suma un dato clave: según el experto, "los bancos se están preparando para una contienda agresiva en materia de promociones", de modo que, durante 2011, se profundizará aún más el fenómeno de "licuación" de cuotas.

¿En qué consiste? Se trata de un mecanismo que funciona, tal como diera cuenta este medio, de la siguiente manera:
  • Un trabajador porteño "promedio", que según el INDEC gana unos $4.565 mensuales, decide darse unos "gustitos" y, por ejemplo, compra un LCD full HD de 42", una notebook y un buen equipo de música. Por todo este combo "tech" hoy tendrá que pagar unos $10.400.
  • El incentivo que alienta a este consumidor a efectuar dicho desembolso es el plan de cuotas sin interés a 30 meses de plazo, que le permitirá ir diluyendo el peso de cada pago a lo largo del tiempo.
  • En efecto: las primeras cuotas, que deberá comenzar a cancelar en el mes de febrero,tendrán un valor de $347, lo que representa casi el 8% de su salario.
  • Sin embargo, como estima que a partir de abril o mayo recibirá una mejora en su remuneración de al menos un 20%, hace cálculos y observa que esa misma cuota, en cuestión de pocos meses, pasará a representar el 6% de su ingreso.
  • Y si el contexto político-económico en la Argentina no sufre grandes modificaciones, el próximo año, esa adquisición con tarjeta tendrá un impacto mucho menor y le insumirá el 5% cada mes.
  • Así las cosas, cuando deba hacer frente al último pago, el número 30, proporcionalmente, deberá destinar tan sólo la mitad de lo que comenzó pagando en febrero de 2011.
2- Se consolida el "deme dos"
En la historia reciente de la Argentina, cuando alguien hacía referencia al "deme dos", aludía a las enormes facilidades que tenían los consumidores para viajar y adquirir productos importados. 

De este modo, cada avión que llegaba desde Estados Unidos, por ejemplo, venía repleto de pasajeros con valijas cargadas de indumentaria, cosméticos y electrónica, gracias a la moneda local fortalecida.
Sobre este punto, Laspina explicó que se está reeditando parte de ese fenómeno: "Por el atraso cambiario, en los próximos meses, viajar a algunos destinos, como Estados Unidos,va a ser tan accesible como en el 2001".
En la misma línea, Apaz sostuvo que "todos los paquetes turísticos y pasajes que están dolarizados se están volviendo muy atractivos para los argentinos. Incluso, pueden verse valores que no distan demasiado de los precios que ofrecen destinos premium dentro de nuestro país".
Ahora, ¿se está realmente ante el regreso del "deme dos"? Para los expertos la situación avanza claramente hacia esa dirección, pero con ciertos matices. 

Laspina explicó que "a diferencia de lo que ocurría en los noventa, cuando nuestro poder de compra era fuerte en todo el mundo, ahora estamos ante un ´deme dos´ pero para Miami o el Caribe. Respecto a Brasil, por ejemplo, estamos ante un ´deme medio´, porque la moneda de ese país sigue estando muy apreciada y juega en contra para hacer turismo".

En definitiva, según explicó el experto, se trata de un "1 a 1" reversionado, ya que "este mundo tiene características distintas al de hace diez años. El dólar hoy en día está bastante depreciado y nuestros socios principales, como Brasil, se han encarecido mucho".
Además, agregó que actualmente, a diferencia de la época de la convertibilidad, cuyo final implicó un dramático capítulo en la historia económica, política y social de la Argentina, "las condiciones externas son muy distintas: la soja vale tres veces más, la oferta exportadora explotó, hoy tenemos superávit externo y sobran dólares en la plaza local".

Es decir, el contexto puede presentar diferencias, pero el "clima" que se vive en la Argentina modelo 2011, gracias a billeteras verdes más fuertes, es bastante similar al de hace una década. 

Y esto queda en evidencia con el récord de importaciones, los miles de argentinos que regresan del exterior cargados de valijas y las  ventas de artículos de consumo que alcanzan niveles históricos.

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