viernes, 10 de junio de 2011

Si Guillermo Moreno fuera coherente

Los simpatizantes K, defienden el modelo.... con planteos intelectuales barnizados de progresismo, pero sin un solo dato real y concreto..... por eso El Modelo K, sera el verdugo de sus propios defensores, tal como el menemismo lo fue de los suyos.. La historia es implacable





Por Marcelo Zlotogwiazda

Si Moreno fuera coherente




Si Guillermo Moreno fuera coherente debería extender a las direcciones de estadísticas de varias provincias la disparatada persecución que viene realizando contra las consultoras e instituciones no oficiales que miden precios. Si el secretario de Comercio usara la misma vara para todos, a estas también las debería multar y denunciar ante la Justicia, por la sencilla razón de que calculan la inflación por su cuenta y obtienen resultados muy parecidos a las tan denostadas consultoras que, como se sabe, son muy superiores a los números del Indec. 

Moreno debería multar a la provincia de Santa Fe, cuyo índice de precios al consumidor registró en 2010 un aumento del 25,6 por ciento y del 7,4 en los primeros cuatro meses de este año, más que duplicando los datos oficiales. Lo mismo con Chubut, que en los últimos doce meses midió un 23,7 por ciento de inflación, medio punto porcentual más que el 23,2 que hubo de inflación en San Luis entre mayo de 2010 y abril de 2011, según su dirección de Estadística. 

No sólo provincias opositoras como las gobernadas por Hermes Binner, Mario Das Neves y Alberto Rodríguez Saá contradicen en ese sentido y con tanta diferencia al Indec. En la Mendoza del kirchnerista Celso Jaque elaboraron un nuevo índice de precios al consumidor, que arrojó un aumento del 19,7 por ciento en los últimos doce meses y del 7,6 en el primer cuatrimestre de este año. 

Algunos incluso utilizan los datos de las provincias para armar su propio índice. En el blog “Cosas que Pasan” (elhombrecitodelsombrerogris.blogspot.com) combinan los de nueve provincias, que para los últimos doce meses da una inflación del 24,2 por ciento. En el Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda) combinan el de siete provincias, con un resultado muy similar al anterior: 23,6 en ese período. Cabe resaltar que este segundo instituto apoya en líneas generales al Gobierno, y cuenta entre sus integrantes a Axel Kicillof, que además de subgerente general de Aerolíneas Argentinas y miembro de La Cámpora, es el economista que el Gobierno quiso con todo derecho designar como director en Siderar. En la “fundamentación” del índice alternativo que construyeron, los miembros de Cenda señalan “la inocultable falta de confiabilidad del índice calculado por el Indec”, y si bien cuestionan a las consultoras privadas por su “simétrico oscurantismo”, sus resultados son muy parecidos a los que obtienen aquellas. 

Si Moreno fuera coherente en su disparate, también debería multar y denunciar al blog y al centro de estudios. 

La manipulación que desde finales de 2006 ejecutó Moreno en el Indec con el obvio visto bueno presidencial, no sólo distorsionó el indicador de precios. También aparecen maquillados los números de pobreza e indigencia, a partir de cálculos amañados que recortan considerablemente el valor de la canasta básica alimentaria y el de la canasta básica total. De acuerdo con el Indec hay un 9,9 por ciento de personas que viven en hogares con ingresos insuficientes para adquirir la canasta básica total, que incluye un 2,5 por ciento que ni siquiera llega a comprar la canasta básica alimentaria. Según el sociólogo kirchnerista Artemio López, hay un 22,9 por ciento de pobres y un 6,1 por ciento de indigentes. Una gigantesca diferencia. 

Si Moreno fuera coherente... 

La mentira oficial con los precios contamina cualquier cosa que se haga con esos datos falsos. Para evitar el perjuicio, los sindicalistas ignoran los números del Indec como parámetro para negociar salarios, los empresarios tampoco los toman en cuenta para la toma de decisiones, y hay veces que hasta el propio Estado actúa omitiendo la inflación engañosa y se guía por criterios realistas; por ejemplo, el Ministerio de Trabajo homologó convenios colectivos que se ajustan en base a mediciones de inflación privadas. 

Difícilmente Moreno se atreva con Hugo Moyano y Carlos Tomada. 

Pero hay veces que los organismos estatales no pueden zafar de la trampa. El Banco Central elabora mensualmente un índice sobre el tipo de cambio real multilateral (TCRM), una variable clave respecto de la competitividad de un país. Para que se entienda: 

- El tipo de cambio nominal es la relación entre dos monedas. Un dólar cotiza 4,12 pesos. 

- Pero no es lo mismo que el dólar cotice a 4,12 pesos con precios internos mucho más bajos que en Estados Unidos, que con precios similares; por eso el tipo de cambio real (TCR) toma en cuenta la relación entre dos monedas y los precios de esos países. 

- El tipo de cambio real multilateral (TCRM) combina los TCR bilateral con los países con los que se comercia, ponderando por la incidencia del intercambio con cada uno. De esta manera mide el precio relativo de los bienes locales respecto de los bienes de ese conjunto de países. 

Según el Banco Central, el índice TCRM en abril de 2011 se ubicaba en 303, tomando como valor base 100 en diciembre de 2001. Es decir que la competitividad cambiaria sería hoy el triple que en el fin de la Convertibilidad. Estaría en el punto más alto desde que el organismo oficial realiza la medición. 

Pero si en lugar de tomar los precios del Indec se usan los precios verdaderos, el nivel del TCRM baja de 303 a 169, de acuerdo con los cálculos de “Cosas que Pasan”. Por supuesto la divergencia entre ambas mediciones comienza a fines de 2006, cuando comienza la manipulación estadística: comparando ambas series se observa que en agosto de 2006 el TCRM para el Banco Central era de 236 y para el blog 229, es decir casi igual. 

¿Qué significa que el TCRM sea 169? Que aun habiendo caído desde el pico estratosférico de mediados de 2002, y que a pesar de estar un 10 por ciento abajo del nivel que tenía hace dos años, se ubica un 70 por ciento por encima de finales de la Convertibilidad, y cerca de un 50 por ciento arriba que en el promedio de aquella etapa. 

De todas maneras, no son pocos los que alertan sobre las consecuencias de que los precios locales sigan subiendo más que el dólar para los sectores exportadores o que pueden ser desplazados por productos extranjeros. Uno de ellos es el ex viceministro Jorge Todesca, que en un reciente informe sobre competitividad muestra el desfasaje entre precios y dólar, el deterioro que causa en el superávit comercial y, con alguna dosis apocalíptica, asimila el proceso a una “crónica de una muerte anunciada”. 

Finsoport, su consultora, es una de las víctimas de la disparatada persecución de Moreno.

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