lunes, 30 de junio de 2014

Esta entrevista fue dada por el Papa este ultimo fin de semana... no por casualidad

Esta entrevista fue dada por el Papa este ultimo fin de semana... no por casualidad

Bergoglio, que es Francisco... siempre fue.. Jesuita.


Entrevista completa al Papa Francisco / Il Messaggero / Junio 2014


http://www.ilmessaggero.it/PRIMOPIANO/VATICANO/papa_francesco_serve_argine_deriva_morale/notizie/770510.shtml



La cita es en santa Marta, por la tarde. Un rápido chequeo y un guardia suizo me ubica en una pequeña salita. Seis sillones verdes de terciopelo un poco raído, un escritorio de madera, un televisor de los antiguos, con panza. Todo en orden perfecto, el mármol lustrado, algún cuadro. Podría ser la sala de espera de una parroquia, donde se pide algún consejo, o se confeccionan los expedientes matrimoniales.
Francisco entra sonriendo: “¡Por fin! La leo y ahora la conozco.” Me sonrojo. “Yo en cambio lo conozco y ahora lo escucho.” Ríe. Se ríe con gusto, el Papa, como hará otras veces en el curso de una hora y pasa a rienda suelta de una conversación a otra. Roma con sus males de megalópolis, la época de cambios que debilitan la política; la fatiga en defender el bien común; la reapropiación de parte de la Iglesia de los temas de la pobreza y de la distribución de bienes (“Marx no ha inventado nada”), el agobio frente a la degradación de las almas de las periferias, el resbaladizo abismo moral en que se abusa de la infancia, se tolera la mendicidad, el trabajo infantil y la explotación de “babys prostitutas”, incluso menores de quince años. Y los clientes, que podrían ser sus abuelos; “pedófilos”: el Papa los define justo así.
Francisco habla, explica,interrumpe su discurso, vuelve. Pasión, dulzura, ironía. Un hilo de voz, parece acunar las palabras. Las manos acompañan el razonamiento, las entrelaza, las desata, parecen dibujar geometrías invisibles en el aire. Está en óptima forma a pesar de lo que se diga sobre su salud.
-Es la hora del partido Italia-Uruguay. ¿Santo Padre, por quién hincha?
“Ah, yo por nadie, de veras. Le he prometido a la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, total neutralidad.”
-¿Empezamos por Roma?
“¿Pero sabe que yo a Roma no la conozco? Piense que a la Capilla Sixtina la he visto por la primera vez cuando tomé parte del cónclave que eligió a Benedicto XVI, en 2005. Tampoco estuve nunca en los museos. El hecho es que, como cardenal, no vine muy seguido. Conozco Santa María La Mayor, porque siempre fui allí. Y San Lorenzo extra muros, dónde he ido por las confirmaciones con don Giacomo Tantardini. Obviamente conozco Plaza Navona porque siempre me he alojado en via della Scorfa, allí detrás.
-Hay algo de romano en el argentino Bergoglio?
“Poco y nada. Yo soy más piamontés, son esas las raíces de mi familia de origen. Sin embargo estoy empezando a sentirme a romano. Quiero ir a visitar el territorio, las parroquias. Estoy descubriendo poco a poco esta ciudad. Y una metrópoli bellísima, única, con los problemas de las grandes metrópolis. Una pequeña ciudad posee una estructura casi unívoca, una metrópoli, en cambio, comprende siete u ocho ciudades imaginarias, sobrepuestas, sobre varios niveles.
Incluso, niveles culturales. Pienso, por ejemplo, en las tribus urbanas de jóvenes. Y así en todas las metrópolis. En noviembre haremos en Barcelona un congreso dedicado justamente a la pastoral de las metrópolis. En Argentina se han promovido intercambios con México. Se descubren muchas culturas cruzadas, pero no tanto por el hecho de las migraciones, sino que se trata de territorios culturales transversales, constituídos de pertenencias propias. La ciudad en las ciudades. La Iglesia tiene que saber también contestar a este fenómeno.”
-¿Por qué quiso, ya, desde el principio, subrayar mucho su función como Obispo de Roma?
“El primero servicio de Francisco es éste: ser el Obispo de Roma. Todos los títulos del Papa, Pastor universal, Vicario de Cristo etcétera, los tiene justamente porque es Obispo de Roma. Y la elección primera. La consecuencia del primado de Pedro. Si mañana el Papa quisiera ser el obispo de Tivoli está claro que me sacarían afuera.”
-Hace cuarenta años, bajo Pablo VI, el Vicariato promovió un congreso sobre los problemas de Roma. Emergía el cuadro de una ciudad donde quién tenía mucho, tenía lo mejor, y quien tenía poco, tenía lo peor. ¿Hoy, a su parecer, cuales son los males de esta ciudad?
“Son aquellos de las metrópolis como Buenos Aires. Hay quien aumenta los beneficios, y quién es cada vez más pobre. No tengo conocimiento de aquel congreso sobre los problemas de Roma. Son cuestiones muy romanas y yo en esa época tenía 38 años. Soy el primer Papa que no ha tomado parte en el Concilio y el primero que ha estudiado la teología, después de Concilio y, en aquel tiempo, para nosotros, la gran luz era Pablo VI. Para mí la Evangelii Nuntiandi es un documento pastoral nunca superado.”
-¿Existe una jerarquía de valores a respetar en la gestión política?
Ciertamente. Tutelar siempre el bien común. La vocación para cualquier político es ésta. Un concepto amplio que incluye, por ejemplo, la custodia de la vida humana, su dignidad. Pablo VI decía que la misión de la política implica una de las formas más altas de caridad. Hoy, el problema de la política – no hablo sólo de Italia sino de todos los países, el problema es mundial – es que se la ha devaluado, arruinada por la corrupción, por el fenómeno del soborno. Me viene a la mente un documento que los obispos franceses han publicado hace unos 15 años; fue una carta pastoral que se tituló: ‘Rehabilitar la política’ y enfrentó justamente este tema: no se puede entender la identidad de la política si no es como servicio a las bases.
-Usted ha dicho que la corrupción huele de putrefacción. También ha dicho que la corrupción social es el fruto del corazón enfermo y no sólo de condicionamientos externos. No habría corrupción si no hubiera corazones corrompidos. El corrupto no tiene a amigos sino idiotas útiles. ¿Lo puede explicar mejor?
He hablado dos días en continuo, sobre esta cuestión, porque comenté la lectura de la Viña de Nabot. A mí me gusta hablar sobre las lecturas del día. El primer día he presentado la fenomenología de la corrupción, el segundo día, he hablado de como acaban los corruptos. El corrupto, en todo caso, no tiene a amigos,sino sólo cómplices.”
-¿Según su parecer, se habla mucho de la corrupción por qué los medios de comunicación insisten demasiado sobre esto, o por qué efectivamente se trata de un mal endémico y grave?
“No, desgraciadamente es un fenómeno mundial. Hay jefes de Estado en la cárcel por ésto. Me he preguntado mucho, y he llegado a la conclusión de que muchos males crecen sobre todo durante los cambios epocales. Estamos viviendo, no tanto una época de cambios sino un cambio de época. Y por tanto se trata de un cambio de cultura; justamente en esta fase emergen cosas de este género. El cambio de época alimenta la decadencia moral, no sólo en política, sino también en la vida financiera o social.”
-Tampoco los cristianos brillan por su testimonio…
“Es el entorno que facilita la corrupción. No digo que todos sean corruptos, pero pienso que es difícil ser honestos en política. Hablo de todas partes, no de Italia. También pienso en otros casos. A veces hay personas que querrían hacer las cosas transparentes, pero luego se encuentran en dificultades, y es como si fueran fagocitadas por un fenómeno endémico, en todo nivel, transversal. No es esto porque, así, sea la naturaleza de la política, pero, en un cambio de época, el verso obsceno, cierta deriva moral, se hacen más fuertes.”
-¿A Ud. le asusta más la pobreza moral o la material de una ciudad?
“Ambas me asustan. A un hambriento, por ejemplo, puedo ayudarlo para que ya no tenga hambre, pero si ha perdido el trabajo y ya no encuentra trabajo, tiene que verse con otra pobreza. Ya no tiene dignidad. A lo mejor puede ir a Caritas y llevarse a casa un paquete de alimentos, pero experimenta una pobreza grave que le arruina el corazón. Un obispo auxiliar de Roma me ha contado que muchas personas van al comedor y a hurtadillas, llenas de vergüenza, llevan a casa la comida. Su dignidad es pauperizada progresivamente, viven en un estado de postración.”
-Por las calles de Roma se pueden ver jovencitas de apenas 14 años, a menudo obligadas a prostituirse ante el descuido general, mientras en el metro se asiste a la mendicidad de los niños. ¿Es La Iglesia todavía levadura? ¿Se siente impotente como obispo delante de este deterioro moral?
“Siento dolor. Siento enorme dolor. La explotación de los niños me hace sufrir. También en Argentina es la misma cosa. Para algunos trabajos manuales los niños son usados porque tienen las manos más pequeñas. Pero los niños también son explotados sexualmente, en hoteles. Una vez, me advirtieron que sobre una calle de Buenos Aires había jovencitas prostitutas de 12 años. Me he informado y efectivamente era así. Me ha hecho mal. Pero aún más, ver que paraban allí autos de gran cilindrada, conducidos por ancianos. Podían ser sus abuelos. Hicieron subir a la chica y le pagaron 15 pesos que luego le servirían para comprar los descartes de la droga, el “paco.” Para mí son pedófilos estas personas que le hacen esto a las chicas. También sucede a Roma. La Ciudad eterna, que debería ser un faro en el mundo, es espejo del deterioro moral de la sociedad. Pienso que son problemas que se resuelven con una buena política social.”
-¿Qué puede hacer la política?
“Responder en forma concreta. Por ejemplo con servicios sociales que hagan seguimiento de las familias involucradas, acompañándolas a salir de situaciones pesadas. El fenómeno indica una deficiencia de servicio social en la sociedad.”
-La Iglesia está trabajando mucho…
“Y tiene que seguir haciéndolo. Hace falta ayudar a las familias en dificultad, un trabajo para salir de esto, que impone el esfuerzo común.”
-En Roma cada vez más, los jóvenes no van a iglesia, no bautizan a los hijos, no saben tampoco hacerse la señal de la Cruz. ¿Qué estrategia sirve para invertir esta tendencia?
“La Iglesia tiene que salir en las calles, buscar a la gente, ir a las casas, visitar las familias, ir a las periferias. No seas una iglesia que recibe solamente, sino una que ofrece.”
-Y los curas no tienen que dedicarse a hacerle los rulos a las ovejas…
(Rie) “Obviamente. Estamos en un momento de misión, una misión de una decena de años. Tenemos que insistir.”
-¿La preocupa la cultura de la baja natalidad en Italia?
“Pienso que se tiene que trabajar más por el bien común de la infancia. Sostener una familia es un empeño, a veces no basta el sueldo, no se llega a fin de mes. Se tiene miedo de perder el trabajo o a no poder pagar el alquiler. La política social no ayuda. Italia tiene una tasa baja de natalidad, España lo mismo.
Francia está un poco mejor pero es baja también.
Es como si Europa se hubiera cansado de ser madre, y prefiere ser la abuela. Mucho depende de la crisis económica y no sólo de una deriva cultural marcada por el egoísmo y el hedonismo. El otro día leí una estadística en los criterios de gasto de la población a nivel mundial. Después de alimentación, vestidos y medicinas, tres cosas necesarias, siguen la cosmética y los gastos para mascotas.”
-¿Cuentan más los animales que los niños?
Se trata de otro fenómeno de deterioro cultural. Esto es porque la relación afectiva con los animales es más fácil, principalmente programable. Un animal no es libre, mientras que tener a un hijo es una cosa compleja.”
-¿Habla el Evangelio más a los pobres o a los ricos para convertirlos?
“La pobreza es al centro del Evangelio. No se puede entender el Evangelio sin entender la pobreza real, teniendo en cuenta que también existe una pobreza bellísima, la del espíritu: ser pobre delante de Dios porque Dios te llena. El Evangelio se dirige indistintamente a los pobres y a los ricos. Y habla de pobreza y de riqueza. No condena a los ricos, si en todo caso, a la riqueza cuando se convierte en un objeto idolatrado. El dios dinero, el becerro de oro.”
-Usted da para ser un Papa comunista, pauperista, populista. “El Economist” le ha dedicado una tapa donde afirma que habla como Lenin. ¿Se halla en estos paños?
“Yo sólo digo que los comunistas nos han robado la bandera. La bandera de los pobres es cristiana. La pobreza es el centro del Evangelio. Los pobres son al centro del Evangelio. Tomemos Mateo 25, el protocolo sobre el que seremos juzgados: tuve hambre, tuve sed, estuve en la cárcel, estuve enfermo, desnudo. O bien miremos las Bienaventuranzas, otra bandera. Los comunistas dicen que todo ésto es comunista. Sí, como no, veinte siglos después. Entonces cuando hablan así se les podría decir: pero ustedes son cristianos”, (ríe).
-Si me permite una crítica..
Ciertamente…”
-Quizás Usted hable poco de las mujeres, y cuando habla presenta el tema solo desde el punto de vista de la maternidad, la mujer se casa, la mujer madre, etcétera. Sin embargo ahora, las mujeres conducen Estados, multinacionales, ejércitos. ¿En la Iglesia,según su mirada, las mujeres que sitio ocupa?
Las mujeres son la cosa más bella que Dios ha hecho. La Iglesia es mujer. Iglesia es una palabra femenina. No se puede hacer teología sin esta feminidad. De esto, Ud. tiene razón, no se habla bastante. Estoy de acuerdo con que se tiene que trabajar más sobre la teología de la mujer. Lo he dicho y estoy trabajando en este sentido.”
-¿No entreve cierta misoginia de fondo?
“El hecho es que la mujer ha sido tomada de una costilla.. (se ríe con gusto) En broma, lo mío es un chascarrillo. Estoy de acuerdo con que se tenga que profundizar más la cuestión femenina, de otro modo no se puede entender la Iglesia misma.”
-¿Podemos esperar de Usted, en esto, decisiones históricas, tipo, una mujer presidiendo un dicasterio, no digo el del clero…?
(Se ríe) “Bah, muchas veces los curas acaban bajo la autoridad de las perpetuas…”
-En agosto irá a Corea. ¿Es la puerta para China? ¿Está apostando Usted a Asia?
“En Asia estaré dos veces en seis meses. En Corea en agosto para encontrarme con los jóvenes asiáticos. En enero en Sri Lanka y en las Filipinas. La Iglesia en Asia es una promesa. Corea representa mucho, lleva en sus hombros una historia bellísima, por dos siglos no ha tenido curas y el catolicismo se ha desarrollado gracias a los laicos. También han habido mártires. En cuanto a China, se trata de un desafío cultural grande. Grandísimo. Por otra parte, está el ejemplo de Matteo Ricci que ha hecho tanto bien…”
-¿Adónde está yendo la Iglesia de Bergoglio?
“Gracias a Dios no tengo a ninguna Iglesia, sigo a Cristo. No he fundado nada. Del punto de vista del estilo, no he cambiado a como actuaba en Buenos Aires. Sí, forzosamente, en pequeñas cosas, porque se deben hacer en esta situación, pero cambiar, a mi edad habría sido ridículo.
Sobre el programa, en cambio, sigo lo que los cardenales han planteado en las congregaciones generales, antes del cónclave. Voy en esa dirección. El Consejo de los ocho cardenales, un organismo externo, nace de allí. Fue planteado para que ayudara a reformar la curia. Cosa que, sin embargo, no fácil porque se da un paso, y luego aparece que hace falta, hacer esto o aquello, y si primero hubo un dicasterio, después termina convirtiéndose en cuatro. Mis decisiones son el fruto de las reuniones pre cónclave. Ninguna cosa la he hecho solo.”
-Un avance democrático.
Han sido decisiones de los cardenales. No sé si un avance democrático, diría más bien sinodal, aunque la palabra no se adapta bien a los cardenales.”
-¿Qué les desea a los romanos en las fiestas de sus Patronos, San Pedro y San Pablo?
“Qué sigan siendo buenos. Son muy simpáticos. Lo veo en las audiencias y cuando voy a las parroquias. Les deseo que no pierdan la alegría, la esperanza, la confianza, a pesar de las dificultades. También el romanesco es bonito.”
-Wojtyla aprendió a decir, ‘volemose bien, damose da fa.’ ¿Ha aprendido Usted alguna frase en romanesco?
“Por ahora poco: ‘Campa e fa’ campa’.” (Naturalmente, ríe.)

Macri debera pagar por delitos de Lesa Humanidad, sentencia Judicial.

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