"Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: ¡Nunca más!”.
Así cerraba su alegato el fiscal Strassera en el juicio contra los nueve integrantes de las Juntas Militares que habían gobernado la Argentina durante el Proceso, cinco de los cuales fueron condenados a prisión perpetua. Se cerraba así, para siempre, el período más terrible de la historia argentina y quedaban sentadas las bases sobre las que la democracia podía crecer y fructificar.