Mira todo, escucha todo, no le creas
a nadie... Hay mucho garKa suelto
Hace dos años... mira vos....
Víctor Hugo Morales: “La libertad de prensa hoy
es vulnerable”
El periodista y relator deportivo habló de la prohibición del Comfer a Radio Continental, los casos de corrupción, el Indec y el matrimonio presidencial. “Las cosas están en el puño de Kirchner”, dice
El dueño de las mañanas en Radio Continental, el reconocido periodista Víctor Hugo Morales, acusa censura. El mismo día en que se conoce que el Comité Federal de Radiodifusión (Comfer) prohibió la emisión por FM de la programación de la radio, le dice a PUNTAL: “La libertad de prensa, con este Gobierno, es vulnerable por donde se la mire”. Y agrega: “Esta decisión es producto del disgusto de algún funcionario por algo que habrá escuchado”.
Minutos antes de empezar su clásico “Competencia” en la radio, y en un día más complicado que de costumbre, a Víctor Hugo se lo ve distendido. Nunca pierde su aplomo. Se acomoda en su silla, le da una pitada a su habano, mira a los ojos y espera la pregunta que responderá sin cavilaciones. Nada lo dispersa en la charla, ni el teléfono que suena insistente, ni el movimiento de la radio, ni los mates que le acerca, sin pausa, Mario, su asesor y secretario desde hace 25 años.-En el fútbol se dice que se juega como se vive. ¿Cómo se traslada esto a la vida del país?
-El fútbol suele ser una metáfora de la propia vida, del propio país, pero diría que es más aguda la crisis en la que está el fútbol que aquélla en la que está el país, que tiene los problemas que todos conocemos, pero que goza de algunos aspectos positivos. Hasta desde el punto de vista económico la coyuntura internacional nos favorece: hay superávit fiscal, hay más cantidad de gente con trabajo. Entonces, teniendo en cuenta que venimos de la década del '90 y una crisis como la de 2001, diría que aunque estamos en una curva ahora el país anduvo en línea recta desde entonces, no está frente a circunstancias dramáticas. En cambio, el fútbol es un micro mundo que pasa por una etapa ciertamente penosa. Además, el país va a tener alternancia, en cambio en el fútbol no la habrá hasta que [Julio] Grondona [presidente de la Asociación del Fútbol Argentino desde 1979] no esté en condiciones físicas de dirigir.-¿Le cree al Gobierno cuando habla de la distribución de la riqueza?-No, cuando lo presentó el Gobierno fue un eufemismo para disimular que lo que quería era una toma importante de la ganancia del campo para poder sobrellevar su política de subsidios. De alguna manera eso podría haber sido visto como una forma de distribución, pero no como lo presentó la actual administración. En el caso concreto de aquella charla que dio la Presidenta cuando prometió distribuir entre hospitales, viviendas y caminos rurales no le creí, lo vi como un eufemismo más.-¿Observa algún avance en materia de distribución?
-La política redistributiva, hasta ahora, no se puede palpar, porque ha crecido la mortalidad infantil, porque el nivel de indigencia es muy grave y, si bien es cierto que más gente tiene trabajo, los sueldos son muy malos. Si un trabajo no le da a una persona un sueldo decoroso es una ficción de trabajo porque el salario tiene que permitir vivir con decoro y dignidad. Eso, lamentablemente, no se consiguió. Creo que el Gobierno iba camino de hacer algo así, pero se empantanó en este capricho absurdo con el campo. Perdieron cuatro meses que van a ser bastante duros de paliar. -¿Cuál es su opinión respecto del conflicto?
-Las retenciones por supuesto que corresponden porque la tierra es de la gente que es dueña de esa tierra y la trabaja, pero también es del país. En consecuencia, si hay una ganancia muy importante hay que discutir cuánto es lo que se va a retener: 27, 30, 35%, pero no 45%, que a partir de ciertos valores se incrementa hasta 90%. Porque hay que encontrar un equilibrio. La distribución es muy discutible con este Gobierno, porque no se ve en la gente, porque se usa como un dato muy fuerte de la acumulación del poder frente a los gobernadores y a los intendentes de todo el país, porque es una toma demasiado centralizada del dinero que el país genera, sin una participación de las provincias que les permita ser libres. Todo está condicionado por el poder central, como sucedió con Córdoba, como sucede con otras provincias que no son afines al Gobierno. -¿Cree que hoy existe libertad de prensa?
-La libertad de prensa, con este Gobierno, es vulnerable por donde se la mire. La distribución de la pauta oficial, los hijos y entenados que ellos crearon con el mismo estilo con el que se distribuyen los dineros del país a las provincias, se reparte según la cara del cliente. Así como han castigado eternamente a la editorial Perfil, ahora a nosotros [por Radio Continental] nos aplican un castigo que es privarnos de que nuestro mensaje llegue a más gente. Y lo hacen buscando algo que desde el punto de vista legal es totalmente vulnerable, pero que si fuera acertado es discriminatorio porque son muchísimas las emisoras en todo el país que están en las condiciones de transmitir en una ciudad con una AM reproducida por su FM. Esto se hace, no porque la gente tenga intenciones de gastar dinero en contratar una FM, sino porque las AM tienen enormes dificultades y esto de elegir la cara de la persona a la que van a atacar es altamente demostrativo de que se trata de una cuestión de censura. Porque si lo hubiesen hecho con todas las emisoras por lo menos podríamos discutir el hecho en sí, pero el Confer lo hizo sólo con Continental, a partir del disgusto que algún funcionario habrá tenido por algo que escuchó. -¿Qué otros aspectos considera criticables de este Gobierno? El FMI ya alerta sobre riesgos serios para la economía argentina…
-A ese organismo lo tomo con pinzas, porque lo considero parte fundamental de las desgracias que fuimos acumulando en los '90 y que explotaron en 2001. No le creo sus recetas, no le creo al perfil económico que trazaron para América latina. Me parece que fueron la punta de lanza de un verdadero genocidio que se cometió con la desaparición de millones de personas en la nueva forma de desaparecer, que es desaparecer de las clases medias, del trabajo, etc. Por eso lo tomo con pinzas. Claro que alguna vez va a decir algo que tenga razón, pero ojalá que no sea éste el caso. No me voy a dejar llevar ni por ellos ni por otros sectores que siempre proponen recetas ortodoxas. Creo que hay márgenes para que los gobiernos puedan tener sus propios criterios, lo que no puede un gobierno es ser corrupto.-¿Cree que en la gestión Kirchner hay corrupción?
-Hay formas de corrupción muy visibles. Casos como el de la valija de Guido Antonini Wilson o el caso Skanska; o lo que pasa con Cristóbal López en el manejo del juego con permisos hasta el 2032 para que explote las máquinas de juego, incluso esas tierras fiscales que se compraron a precio regalado a un intendente y que después fueron vendidas a 120 dólares el metro cuadrado, o lo que pasa con los fondos de Santa Cruz, un tema tan vidrioso, tan esquivo por el hecho de que no presenten los papeles de tantos años de una cuenta que dio vueltas por el mundo, generando dinero del que no se da explicaciones. Todo esto me parece criticable de parte del Gobierno. -¿Qué opina de las maniobras en el Indec?
-Me parece el otro gran tema vulnerable, porque claramente no guarda relación lo que se informa con la real proyección de los hechos, de la inflación.-¿Encuentra algún punto a favor de este Gobierno?
-Estoy del lado del Gobierno con el tema de los derechos humanos y de haber terminado con el FMI. Pero no puedo estar del lado del Gobierno cuando le vende bonos a Venezuela a los intereses leoninos a los que le vendió, mucho peores que los que pedía el Fondo Monetario. Esto, con el detalle de que Venezuela hizo un gran negocio: debe haber ganado 200 o 300 millones de dólares que después se contaminan con la aparición misteriosa de un Sr. Antonini Wilson que vino catorce veces al país y una vez que lo pescaron estaba con 800.000 dólares que no se sabe de quién ni para quién eran. O sea que al Gobierno, en esto de ser y parecer, no le va bien. Puede decir que es honesto pero lo que parece no lo favorece. -¿Tiene esperanzas en la Argentina?
-Es muy fuerte la Argentina y es muy favorable el contexto mundial. El mundo requiere alimentos, agua; la Argentina los tiene. Pero tengo poquísimas respuestas, yo también me dedico más a preguntar que a opinar. Por lo que escucho, cuando hablo con [Aldo] Ferrer me encuentro con un economista respetable que no está preocupado con la marcha del país; [Javier] González Fraga, en cambio, tiene la visión de que el Gobierno, con unos pocos movimientos, podría enderezar el país; y hay otros economistas a los que no recurro en los reportajes y que son más tremendistas; no me olvido que son los economistas que aplaudieron demasiado los tiempos del menemismo y tengo mis reservas respecto de ellos porque fracasaron. Yo estuve con el Gobierno cuando puso el carro político delante del económico, es decir, en este país el verdadero presidente era el ministro de Economía; en cambio, el presidente tiene que ser el que fija las políticas y el ministro tiene que trabajar para crear la relación de la economía hacia la política, pero no al revés. Porque la economía, en el capitalismo, toda la vida va a decir: menos educación, menos sueldo; esto va de suyo. En consecuencia, creo que estuvo bien ese primer paso, pero como le fue bien a [Néstor] Kirchner, se envalentonó y dijo: “La economía no es una ciencia, es un arte”, y se consideró un artista de la economía y no se dio cuenta cuántos factores internacionales lo estaban ayudando. Así, convencido de que él sabe más que todos los economistas de la Argentina y del mundo, está envalentonado para seguir haciendo las cosas según su estricto punto de vista.-¿Qué opinión tiene sobre esta forma de actuar?
-Es como manejarse dentro de una burbuja. Ahora se dialoga de economía con gente que le dice “Amén”, y se revirtió, de manera ya imprudente, aquella relación en la cual el que decía Amén era el Presidente al ministro de Economía: ahora, se pasó a ministros de Economía que le dicen permanentemente Amén a él, más allá de los estados económicos. Hoy [Néstor] Kirchner debe estar convencido de que no hay mejor ministro de Economía para el país que él. -¿Le da la sensación de que el ex presidente es el que sigue teniendo el poder?
-Sí, las cosas están en el puño de Kirchner.
Minutos antes de empezar su clásico “Competencia” en la radio, y en un día más complicado que de costumbre, a Víctor Hugo se lo ve distendido. Nunca pierde su aplomo. Se acomoda en su silla, le da una pitada a su habano, mira a los ojos y espera la pregunta que responderá sin cavilaciones. Nada lo dispersa en la charla, ni el teléfono que suena insistente, ni el movimiento de la radio, ni los mates que le acerca, sin pausa, Mario, su asesor y secretario desde hace 25 años.-En el fútbol se dice que se juega como se vive. ¿Cómo se traslada esto a la vida del país?
-El fútbol suele ser una metáfora de la propia vida, del propio país, pero diría que es más aguda la crisis en la que está el fútbol que aquélla en la que está el país, que tiene los problemas que todos conocemos, pero que goza de algunos aspectos positivos. Hasta desde el punto de vista económico la coyuntura internacional nos favorece: hay superávit fiscal, hay más cantidad de gente con trabajo. Entonces, teniendo en cuenta que venimos de la década del '90 y una crisis como la de 2001, diría que aunque estamos en una curva ahora el país anduvo en línea recta desde entonces, no está frente a circunstancias dramáticas. En cambio, el fútbol es un micro mundo que pasa por una etapa ciertamente penosa. Además, el país va a tener alternancia, en cambio en el fútbol no la habrá hasta que [Julio] Grondona [presidente de la Asociación del Fútbol Argentino desde 1979] no esté en condiciones físicas de dirigir.-¿Le cree al Gobierno cuando habla de la distribución de la riqueza?-No, cuando lo presentó el Gobierno fue un eufemismo para disimular que lo que quería era una toma importante de la ganancia del campo para poder sobrellevar su política de subsidios. De alguna manera eso podría haber sido visto como una forma de distribución, pero no como lo presentó la actual administración. En el caso concreto de aquella charla que dio la Presidenta cuando prometió distribuir entre hospitales, viviendas y caminos rurales no le creí, lo vi como un eufemismo más.-¿Observa algún avance en materia de distribución?
-La política redistributiva, hasta ahora, no se puede palpar, porque ha crecido la mortalidad infantil, porque el nivel de indigencia es muy grave y, si bien es cierto que más gente tiene trabajo, los sueldos son muy malos. Si un trabajo no le da a una persona un sueldo decoroso es una ficción de trabajo porque el salario tiene que permitir vivir con decoro y dignidad. Eso, lamentablemente, no se consiguió. Creo que el Gobierno iba camino de hacer algo así, pero se empantanó en este capricho absurdo con el campo. Perdieron cuatro meses que van a ser bastante duros de paliar. -¿Cuál es su opinión respecto del conflicto?
-Las retenciones por supuesto que corresponden porque la tierra es de la gente que es dueña de esa tierra y la trabaja, pero también es del país. En consecuencia, si hay una ganancia muy importante hay que discutir cuánto es lo que se va a retener: 27, 30, 35%, pero no 45%, que a partir de ciertos valores se incrementa hasta 90%. Porque hay que encontrar un equilibrio. La distribución es muy discutible con este Gobierno, porque no se ve en la gente, porque se usa como un dato muy fuerte de la acumulación del poder frente a los gobernadores y a los intendentes de todo el país, porque es una toma demasiado centralizada del dinero que el país genera, sin una participación de las provincias que les permita ser libres. Todo está condicionado por el poder central, como sucedió con Córdoba, como sucede con otras provincias que no son afines al Gobierno. -¿Cree que hoy existe libertad de prensa?
-La libertad de prensa, con este Gobierno, es vulnerable por donde se la mire. La distribución de la pauta oficial, los hijos y entenados que ellos crearon con el mismo estilo con el que se distribuyen los dineros del país a las provincias, se reparte según la cara del cliente. Así como han castigado eternamente a la editorial Perfil, ahora a nosotros [por Radio Continental] nos aplican un castigo que es privarnos de que nuestro mensaje llegue a más gente. Y lo hacen buscando algo que desde el punto de vista legal es totalmente vulnerable, pero que si fuera acertado es discriminatorio porque son muchísimas las emisoras en todo el país que están en las condiciones de transmitir en una ciudad con una AM reproducida por su FM. Esto se hace, no porque la gente tenga intenciones de gastar dinero en contratar una FM, sino porque las AM tienen enormes dificultades y esto de elegir la cara de la persona a la que van a atacar es altamente demostrativo de que se trata de una cuestión de censura. Porque si lo hubiesen hecho con todas las emisoras por lo menos podríamos discutir el hecho en sí, pero el Confer lo hizo sólo con Continental, a partir del disgusto que algún funcionario habrá tenido por algo que escuchó. -¿Qué otros aspectos considera criticables de este Gobierno? El FMI ya alerta sobre riesgos serios para la economía argentina…
-A ese organismo lo tomo con pinzas, porque lo considero parte fundamental de las desgracias que fuimos acumulando en los '90 y que explotaron en 2001. No le creo sus recetas, no le creo al perfil económico que trazaron para América latina. Me parece que fueron la punta de lanza de un verdadero genocidio que se cometió con la desaparición de millones de personas en la nueva forma de desaparecer, que es desaparecer de las clases medias, del trabajo, etc. Por eso lo tomo con pinzas. Claro que alguna vez va a decir algo que tenga razón, pero ojalá que no sea éste el caso. No me voy a dejar llevar ni por ellos ni por otros sectores que siempre proponen recetas ortodoxas. Creo que hay márgenes para que los gobiernos puedan tener sus propios criterios, lo que no puede un gobierno es ser corrupto.-¿Cree que en la gestión Kirchner hay corrupción?
-Hay formas de corrupción muy visibles. Casos como el de la valija de Guido Antonini Wilson o el caso Skanska; o lo que pasa con Cristóbal López en el manejo del juego con permisos hasta el 2032 para que explote las máquinas de juego, incluso esas tierras fiscales que se compraron a precio regalado a un intendente y que después fueron vendidas a 120 dólares el metro cuadrado, o lo que pasa con los fondos de Santa Cruz, un tema tan vidrioso, tan esquivo por el hecho de que no presenten los papeles de tantos años de una cuenta que dio vueltas por el mundo, generando dinero del que no se da explicaciones. Todo esto me parece criticable de parte del Gobierno. -¿Qué opina de las maniobras en el Indec?
-Me parece el otro gran tema vulnerable, porque claramente no guarda relación lo que se informa con la real proyección de los hechos, de la inflación.-¿Encuentra algún punto a favor de este Gobierno?
-Estoy del lado del Gobierno con el tema de los derechos humanos y de haber terminado con el FMI. Pero no puedo estar del lado del Gobierno cuando le vende bonos a Venezuela a los intereses leoninos a los que le vendió, mucho peores que los que pedía el Fondo Monetario. Esto, con el detalle de que Venezuela hizo un gran negocio: debe haber ganado 200 o 300 millones de dólares que después se contaminan con la aparición misteriosa de un Sr. Antonini Wilson que vino catorce veces al país y una vez que lo pescaron estaba con 800.000 dólares que no se sabe de quién ni para quién eran. O sea que al Gobierno, en esto de ser y parecer, no le va bien. Puede decir que es honesto pero lo que parece no lo favorece. -¿Tiene esperanzas en la Argentina?
-Es muy fuerte la Argentina y es muy favorable el contexto mundial. El mundo requiere alimentos, agua; la Argentina los tiene. Pero tengo poquísimas respuestas, yo también me dedico más a preguntar que a opinar. Por lo que escucho, cuando hablo con [Aldo] Ferrer me encuentro con un economista respetable que no está preocupado con la marcha del país; [Javier] González Fraga, en cambio, tiene la visión de que el Gobierno, con unos pocos movimientos, podría enderezar el país; y hay otros economistas a los que no recurro en los reportajes y que son más tremendistas; no me olvido que son los economistas que aplaudieron demasiado los tiempos del menemismo y tengo mis reservas respecto de ellos porque fracasaron. Yo estuve con el Gobierno cuando puso el carro político delante del económico, es decir, en este país el verdadero presidente era el ministro de Economía; en cambio, el presidente tiene que ser el que fija las políticas y el ministro tiene que trabajar para crear la relación de la economía hacia la política, pero no al revés. Porque la economía, en el capitalismo, toda la vida va a decir: menos educación, menos sueldo; esto va de suyo. En consecuencia, creo que estuvo bien ese primer paso, pero como le fue bien a [Néstor] Kirchner, se envalentonó y dijo: “La economía no es una ciencia, es un arte”, y se consideró un artista de la economía y no se dio cuenta cuántos factores internacionales lo estaban ayudando. Así, convencido de que él sabe más que todos los economistas de la Argentina y del mundo, está envalentonado para seguir haciendo las cosas según su estricto punto de vista.-¿Qué opinión tiene sobre esta forma de actuar?
-Es como manejarse dentro de una burbuja. Ahora se dialoga de economía con gente que le dice “Amén”, y se revirtió, de manera ya imprudente, aquella relación en la cual el que decía Amén era el Presidente al ministro de Economía: ahora, se pasó a ministros de Economía que le dicen permanentemente Amén a él, más allá de los estados económicos. Hoy [Néstor] Kirchner debe estar convencido de que no hay mejor ministro de Economía para el país que él. -¿Le da la sensación de que el ex presidente es el que sigue teniendo el poder?
-Sí, las cosas están en el puño de Kirchner.